Columpios…
¿Quién cuando era niño no ha tenido la ensoñación de tener un columpio propio? ¡Levantad la mano!, Yo diría que la mayoría.
Afortunados quienes lo hayáis tenido porque os queda omitido el deseo. El resto seguimos soñando con tenerlo…
Pero digamos que hoy en día ese sueño es fácilmente alcanzable, puedes ir a Ikea y compra uno y ponerlo en tu salón, en la habitación, si quieres más intimidad, y si tienes jardín no dudes en ponerlo! Para vuestra información lo invento Hipócrates y en la antigua Grecia lo utilizaban para mantener la figura. ¡Soltad las mancuernas y haceos con un columpio yaaaa! Como diversión no tiene precio…
Hablando ahora de decoración, nuestro terreno, y dejando la gimnasia de lado, un columpio para una boda puede resultar súper atractivo. Por ejemplo, como inmejorable marco fotográfico, para adornarlo con diferentes objetos decorativos… y en ese sentido tengámoslo en cuenta para decoración de interiores, en casas y en jardines funcionaria… Lo podríamos acompañar de macetas, candelabros, farolillos, velas… y al final se convierte un objeto encantador en espacios poco habituales.
Incluso también un buen sitio para dejar nuestros libros y en un momento dado mecerlos 😉
Así que, ¡pon un columpio en tu vida!